miércoles, 27 de agosto de 2008

Entre lobos y relojes. Dario Semino


Entre lobos y relojes (selección)


I

La vigilia es una máquina operada por un ciego
Y el ciego se muere por tocar
Y a veces toca
Y a veces muere





X

Tengo que salir y llevar mi desierto. Es importante no olvidarlo. No siempre se lo necesita. Pero uno nunca sabe. Muchos lugares lo requieren para permitir la entrada, otros lo solicitan para autorizar alguna entrega. La mayoría, es cierto, no lo pide. Porque dan por sentado que uno lo lleva puesto.



XXIII

Pasan días como píldoras. La urbe se inflama de deberes y balanzas. Las horas quedan trabadas en el hueco del instante y los segundos se diluyen en el ruido. Empecinadas, las calles doblan sobre sí mismas y las autopistas se vuelcan panza arriba como lagartos cariñosos. La población inhala polvos para curarse la vigilia mientras los trabajadores empiezan a extrañar los látigos y los dioses.


XXVII

Todo brota de la insistencia. Es cuestión de horas-trabajo, problemas asumidos y decisiones ineludibles. Es cuestión de fe y delirio, de necedad y desesperación. Es cuestión de repetir lo absurdo hasta que sea lógico, de pulir las ideas hasta encontrarles lo lindo. Es cuestión de permitir que los espejos se confiesen y de atrapar en la red de los renglones algunas mariposas y murciélagos.

dariosemino@yahoo.com.ar

1 comentario:

ViQui dijo...

"Tengo que salir y llevar mi desierto..."
Me encantó esa imagen. No se si será el mismo de "Y vas a tener que esmerarte por contradecir al desierto"...
Debería analizarlo con más atención, profe, jaja. Por ahora, sólo leo y digo que está muy bueno.